Kicca ya participó en la exposición colectiva WOMEN que se inauguró en septiembre del año pasado. Esta vez lo hace de forma individual. Presenta obras nuevas que, como siempre en Artemis, no han sido vistas en SL.
Tiene una larga trayectoria como artista virtual y, como pasa con todos los artistas, sus obras hablan de ella.
Formas sensuales y delicadísimas, transparencias que producen efectos etéreos, movimientos sutiles, brillos que se desprenden lentamente dan vida a sus obras. Los colores a veces tienen fuerza, como los rojos, pero ella los sabe matizar dejando que su energía se diluya entre las formas y pierdan su dureza aparente. Los dorados, violetas son muy utilizados también y tienen unas calidades extraordinarias.
En sus esculturas, que son muy distintas, hay una que llama especialmente la atención por su movimiento estático. Una bailarina de flamenco que, sin necesidad de scripts que la muevan, es el movimiento por sí misma. Sus ropas, brazos y piernas ondean al ritmo del silencio.
Pero, ante todo, lo que yo destacaría de esta maravillosa colección es la armonía de las formas con los colores y los movimientos. Es algo muy difícil de conseguir y Kicca en eso es magistral.
Otra nueva exposición en Artemis para mirar y admirar con lentitud y otra invitación del arte a dejarse arrastrar por las emociones que provoca.
